AlimentosNutriciónSalud

Nuestro cerebro es lo que comemos | DW Documental

El hámster europeo se comenzó a alimentar casi exclusivamente de maíz, esto provocó la falta de vitamina B3 que hacía que los hámster se comieran a sus hijos recién nacidos.
El cerebro del niño se desarrolla en el vientre materno… las madres que comieron comida chatarra tuvieron hijos más propensos a la ira, al miedo, a las pesadillas.
En una cárcel se alimentó de manera más equilibrada a un grupo de personas, estas demostraron mejoras en comportamiento de manera consistente.
Los que consumen muy poca azúcar tienen su sistema de recompensa muy sensible, es decir que se encuentran satisfecho a más corto plazo. La alimentación de 4 días seguidos con comida chatarra provoca problemas en las funciones cognitivas.
El poder del azúcar es el mismo que el de una droga, se criaron ratas con dos cosas azúcar y cocaína … luego se les da a elegir y eligieron 4 veces más azúcar que cocaína.
Hay que promocionar más la mejora en la alimentación para mejorar la salud mental.

Fuente